Buena ubicación y personal amable. Habitaciones ruidosas y colchones incómodos.

La habitación tenía un buen precio.

Perfecta ubicación, a solo 7 minutos a pie del casco antiguo. La cama, enorme y extremadamente cómoda, fue un gran acierto. El personal de recepción siempre amable, destacando a Evaristo en el comedor y la chica de la terraza. Las vistas a la catedral son impresionantes. Sin embargo, la habitación del patio resultó decepcionante: falta de intimidad y ruidos incómodos de los vecinos. La limpieza podría mejorar, encontramos pelos largos en el suelo. Y aunque el desayuno fue magnífico, el aire acondicionado no funcionaba en febrero, lo que hizo la estancia un poco incómoda.

Los que trabajan allí son bastante agradables.

La habitación tenía mala insonorización y el baño estaba un poco anticuado. La ubicación es excelente, cerca del centro y con vistas espectaculares. Se recomienda el bar Miguelito a la vuelta. El desayuno no incluye opciones naturales.

buenas ubicaciones pero el perro tiene reglas raras

La ubicación es perfecta, a un paso del histórico puente romano. Las habitaciones son amplias y limpias, con un baño que da gusto usar. El desayuno está más que aceptable, con un café que te despierta al instante.

El tema de las mascotas es un poco estrambótico.

Era un lugar impecable, el personal era atento y también inteligente, y me ha encantado mi habitación bien equipada. La propiedad tenía su propio restaurante en la azotea, era muy bueno.

Hotel impecable, personal excelente, habitación espaciosa y muy limpia. Nos han encantado sus habitaciones con vistas. Parking privado y desayuno increíble con la máquina de café y comida sin gluten y huevos revueltos. La ubicación era céntrica y estupenda, cerca de todo. Había un restaurante en la azotea cerca.

Ubicación excelente. A pasos del casco histórico, sin problemas para aparcar. El personal es amable y servicial, te guían con recomendaciones acertadas para comer y visitar. La habitación era amplia, con cama cómoda y una limpieza impecable. Las vistas al Puente Romano son un gran plus. Sin embargo, la distribución del baño es problemática y el armario en él no tiene sentido. La habitación podría beneficiarse de una renovación; las sábanas son de calidad inferior, incómodas. La piscina es pequeña y falta variedad gastronómica. Un servicio en el bar de la azotea dejó mucho que desear. El potencial está ahí, pero se debe trabajar en los detalles para ofrecer una experiencia realmente satisfactoria.

La ubicación

Para ser un hotel de 4 estrellas tiene muchas deficiencias, los ameneties eran super escasos,yo pagué una habitadión doble para dos personas, no se puede poner solo un cepillo de dientes, y un paquete de pañuelos, con tres pañuelos, el gel y champú (todo en uno) en un dispensador dentro de la bañera escaso y de malisima calidad. Otra cosa que no me gusto es que la habitación de la parte renovada tuviera el ropero dentro del cuarto de baño.

lo recomiendo para ir de compras

Habitación espaciosa, cama enorme con un confort excepcional que realmente hizo que descansáramos bien después de un día explorando la ciudad y teniendo unas vistas impresionantes de la Mezquita-Catedral desde la azotea.

No he tenido ningún problema.

La ubicación

Imposible conciliar el sueño a partir de las 7:00 de la mañana. Nos dijeron mal el horario del desayuno en Recepción, y tras llegar cuatro minutos tarde con respecto a la hora real del desayuno, no nos dejaron entrar, incluso alegando, como así era, que necesitábamos tomar una manzanilla por estar indispuestos. Muy, muy cutre.

una experiencia inolvidable en el hesperia córdoba con un personal excepcional, ubicación perfecta y comodidades que superan las expectativas

El personal fue muy amable y la habitación, cómoda con vistas impresionantes. Desayuno delicioso y ubicación ideal.

Ubicación perfecta, tranquilo, cómodo, limpio, buen servicio y en general un buen hotel. Ideal para visitar la ciudad y para trabajo. Recomenddo 100%

Todo perfecto

La habitación era cómoda, aunque un poco antigua. El colchón no era el más adecuado, lo que afectó la calidad del sueño. La conexión con la calle era ruidosa, especialmente por las mañanas. Las ventanas no tenían persianas, lo que permitía que la luz entrara temprano. El aire acondicionado no funcionaba bien y la opción de abrir las ventanas no fue suficiente para refrescar la habitación. El baño necesitaba una reforma, y los artículos de aseo eran limitados, solo botellas unitarias. A pesar de todo, las vistas desde la azotea eran espectaculares.